Lección de Laura Pausini sobre el derecho a la intimidad de los menores
Mamen Fernández
16/Nov/2015

La noche del 12 de noviembre, casi sin quererlo, Laura Pausini dio una lección a muchos padres sobre la protección de los menores en Internet durante la entrevista que Pablo Motos le hizo en su famoso programa “El Hormiguero”.

En la entrevista, Pablo Motos comentó que la hija de Laura canta las canciones de su madre y para demostrarlo, emitió un vídeo casero que había grabado la propia Laura. Nada más comenzar se oye a la pequeña niña, de apenas 3 añitos, cantando una canción mientras la única imagen que se ve es la del suelo de una casa. Puesto que la niña se mueve con la agilidad y rapidez características de su edad, la cámara de Laura, probablemente la de un smartphone, apenas puede seguirla torpemente. En ningún momento los telespectadores podemos ver el rostro de la pequeña. Sólo vemos su cuerpecillo en pijama y unos graciosos tirabuzones mientras canturrea en italiano, al parecer, el último sencillo de su madre.

Pasados los segundos que dura el vídeo y que no nos ha permitido ver la carita de la niña ni un instante, Pablo bromea con Laura acerca de si es ella la que ha grabado el vídeo y le pregunta: “¿Cómo lo has grabado tan mal?”. Laura y el público del plató rieron (y seguro que todos los telespectadores, entre los que por supuesto me incluyo también), pero la cantante explicó inmediatamente que siempre intenta no grabar la cara de su hija, mientras que a Pablo le dio tiempo de seguir bromeando diciendo “Pues lo has conseguido”. Pero Laura continuó hablando y dejó de sonreír para aclarar que evita captar la cara de su pequeña debido a “todo lo que hay en Internet”, en clara alusión a los riesgos que implica la red para los menores y mencionando expresamente un tema tan serio como la pedofilia.

No es que la cantante no esté deseando que el mundo vea a su pequeña y poder presumir de ella. De hecho, es algo que mencionó. Pero prefiere preservar la intimidad y privacidad de su hija y protegerla evitando su exposición, que en la mayoría de los casos se convierte en sobreexposición en Internet.

Son muchos los peligros que acechan a los menores en la red, hay que ser realistas. Siempre hablamos de las ventajas que las tecnologías de la información y de la comunicación han aportado a la sociedad, pero también han traído consigo problemas que pueden tener consecuencias graves. En lo que respecta a los menores, la pederastia, el ciberacoso o el sexting son los principales problemas a los que se enfrentan en Internet.

Desde hace tiempo, se están llevando a cabo campañas de formación e información en centros de enseñanza para que los alumnos conozcan estos riesgos y sepan, entre otras cosas, actuar con prudencia para evitarlos. Esta labor educativa se realiza, normalmente, por parte de las Fuerzas y Cuerpos de seguridad del Estado y por parte de organizaciones sin ánimo de lucro que velan por los derechos de los menores en Internet. El mensaje llega a los menores, de eso no hay duda, porque es fácil localizarlos en sus colegios e institutos. El problema surge cuando la información quiere proporcionarse a los padres, parte fundamental de los tres entes que deben implicarse en algunos de los mayores problemas para los menores en Internet: Estado, colegio y casa. A los padres, se les suele citar para estas charlas en horario de tarde en los propios centros de enseñanza a los que asisten sus hijos. Pero apenas asisten padres a estas charlas, por unas razones u otras. Es más, personalmente y como voluntaria en una de las organizaciones antes indicadas, me he llegado a desplazar hasta unos 30 kilómetros para impartir una charla sobre ello en un colegio y he tenido que volverme debido a la nula asistencia. Esto denota la escasa preocupación de los padres por un tema tan importante como es el uso de Internet por parte de menores de edad. De este modo, es difícil que los padres puedan educar a sus hijos en el correcto uso de la red. Y es incluso más difícil que puedan ser un ejemplo para ellos, ya que muchos exponen a sus hijos en redes sociales y otros sitios web desde antes de nacer (ecografías, sus primeros baños, su primer cumpleaños, sus vacaciones en la playa…). Todo mediante extensos reportajes en los que se les puede identificar claramente en circunstancias diversas y respecto a cuyas imágenes, no nos engañemos, perdemos el control una vez que las subimos a Internet e ignoramos completamente qué uso pueden estar haciendo de las mismas terceros que desconocemos completamente.

Por todo ello, espero que este mensaje, breve pero claro y emitido en un programa de gran audiencia, haya llegado a las conciencias de aquellos padres que por un lado les dicen a sus hijos que no hablen con extraños, pero por otro, al publicar con detalle sus rostros, hábitos, aficiones, etc., permiten que el mundo entero (y desconocido) invada su derecho a la intimidad.

Mamen Fernández. Abogada TIC-Compliance

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